Usted está aquí: Oraciones Canciones Católicas



Los yuyos de mi tierra

Achícate, hermano, no busques la loma,
andá por los bajos, pisá el arenal.
No temas el charco que el agua es playita,
y el barro del campo no sabe ensuciar.

Si querés altura mirá las estrellas,
donde anida el rumbo que conduce a Dios.
No negués tu rostro al ala del viento,
ni cubrás tu frente por no ver el sol.

No vendás distancia por comprar sosiego,
no dejés taperas después de acampar.
Tené fe en la huella, buscá el horizonte,
de seguro un día, lo habrás de encontrar.

Florecé a los vientos como lo hace el cardo,
que llegando a seco libera el pompón.
No apurés la historia, no arriés tus banderas,
confiá en tus hermanos, como ellos en vos.

Vení y matearemos despacito juntos,
me hablarás de lucha, te hablaré de fe.
Y al final del día nos daremos cuenta
que en la misma senda andamos tal vez.

Cuando el sol se vaya y la tarde caiga,
se abrirán los ojos al partir el pan
y por fin sabremos que por el camino
nos venía arreando el Dios de la paz.