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Yo conocí

Yo conocí,
a un buen Pastor,
era la brisa,
la luna y el sol.
Cuando El cantaba,
mi alma bailaba
y juntos éramos una sola voz.

Y cuando el lobo hambriento,
se acercaba al rebaño,
El levantaba su cayado,
y el muy cobarde se escapaba.
El daba su vida
por sus ovejas tan queridas
El se jugaba por entero,
jamás ponía ningún pero.

Y cuando caminaba
El parecía que flotaba
era tan suave su pisar
que ni la tierra lastimaba.
El era la puerta
que atravesaban sus ovejas
por donde el alma se asomaba
detrás de su sonrisa clara.

Y cuando alguna oveja
se separaba del rebaño
El la tomaba con sus brazos
y la besaba con su aliento.
El siempre contaba
que jamás recibía pagas
mientras amaba y recobraba,
mientras cantaba una canción.

Yo conocí,
a un buen Pastor
era la estrella,
un oasis una luz,
que las ovejas,
de su rebaño
lo conocían
como a un tal Jesús.